Mini Candy Bar

domingo, 5 de diciembre de 2010

Terrones Nocturnos

Como todos o casi todos sabéis,  Rebeca, la dueña y señora de este santo blog, se ha ido de vacaciones a la nieve... muy, muy lejos, y me ha dejado todo preparadito para ir publicando a su debido tiempo los post. Así que, hoy domingo, es día de Terrones Nocturnos, y aunque la menda lerenda no se va a esquiar, pudiera ser que le saliera un plan de tarde... así que  dejo mis deberes hechos a estas horas, por si las moscas.




¡ Pero como cambian los tiempos, Benancio, que te parece...!

Hace unos días, estaba hablando por teléfono con una amiga, y me comentaba que su hijo de 14 años iba al colegio solo. Supone recorrer una distancia de medio kilómetro como máximo. No tiene nada de especial el tema, salvo que acaban de aterrizar en una ciudad nueva, Valencia, que por lo desconocida y por lo grande, la joven madre se mostraba inquieta.

Eso me hizo pensar en lo que cambia los tiempos. Recuerdo el año que pasamos en el pueblo de mis abuelos, porque mi padre, iba a pasarse 9 meses recorriendo el mundo en  el Juan Sebastián Elcano y, como vivíamos en Cádiz, mi madre no estaba por la labor de pasarse todo ese tiempo allí, sola,  con 3 hijos, y lejos del resto de  su familia.

El caso es que nos vinimos a vivir a un pueblecito gallego. Cuando digo pueblecito le estoy dando valor, por que a lo sumo tendría 500 habitantes, era y sigue siendo una "parroquia". El hecho es que como el tiempo iba a ser largo, tendríamos que hacer vida normal ,por lo que mi hermana y a mi nos escolarizaron allí. Ella hacía 3º de EGB en el colegio del pueblo, y yo iba a la guardería, que estaba situada en la casa del cura, al lado de la Iglesia.






En aquella época mi hermano era bebé, no más de 4 meses, y por eso yo iba solita a la guardería. Tengo muy presente el recuerdo de aquello. Mi madre, se colocaba en la ventana del piso de arriba y vigilaba todos mis pasos hasta llegar a la puerta del colegio. Como si fuera ahora mismo -lo estoy visualizando perfectamente-  salía por el portalón e iba bajando el camino hasta la carretera, intentando encontrar al cuco que cantaba. Entre la niebla de la mañana y los árboles del camino, se escondía, y jamás logré verlo. Sólo oia su canto: cu-cu, cu-cu...

Al llegar a la carretera, tenía que ir por el borde, con cuidadito de no caerme a las fincas y caminar más o menos 400 metros de carretera de pueblo. Mientras mi madre, vigilaba cada uno de mis movimientos, desde allí arriba. Pero había trozos en los que las parras o los arbustos me tapaban, y no podía verme. Supongo que para ella era muy inquietante perderme de vista, aunqe fueran segundos, así que ideó la forma de que esto no sucediera.
Cada mañana me hinchaba un globo de un color, le ponía un hilo, y me lo ataba al dedo índice. Mi misión era no pararme hasta llegar a la guardería y llevar el globo bien a la vista, para que cuando me tocara pasar delante de las viñas o de los arbustos, ella pudiera seguir mi rastro vigilando el globo.




Algunas veces nos quedábamos sin material, así que cortaba unas cuantas flores del jardín, hacía un ramito, y me mandaba que se lo llevara a la profesora, pero por el camino, tendría que llevarlo levantado, para que -según me decía ella- las flores no se murieran. Tengo que confesar que siempre fui un poco rabuda ( aunque creo que ahora soy más moderada), y como aquello me daba mucha verguenza, recuerdo que a veces arrastraba las flores por la carretera, para pocharlas y no tener que darle el ramo a la profesora ...y  al final dejaba un rastro de pétalos, como Pulgarcito con las migas de pan.

Recalcando de antemano, que mi madre siempre fue la mejor madre del mundo, dejando todo para estar con nosotros, educándonos y cuidándonos (incluso hoy que somos mayores y ya tenemos bigote), a ninguno de nosotros se nos ocurriría dejar a una niña de 4 años ir solita al cole, ni a ningún otro sitio; Por eso digo eso de !Como cambian los tiempos, Benancio, que te parece! como decía aquella canción. Entonces no pasaban las cosas que ocurren ahora.




Miss Owl

2 comentarios:

  1. es verdad,mi madre tampoco nos podia llevar, nos enseñó el camino el `primer día y luego ibamos solas. cuando crecí y tuve mi segundo bebé me vi en la misma situación y ypo también le miraba `por la ventana hasta que entraba al cole. Ahora que vivo en otra ciudad y tan grande casi no les dejo ir a `por el `pan dos bloques mas allá, en fin...

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  2. Entre esas chucherías delicatessen de diseño ..tan chic -que parecen sacadas de una tienda de la plaza des Vosges de Paris- y los relatos de Mrs. Owl tan evocadores y graciosos un parece un blog GENIAL.B.

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