Mini Candy Bar

lunes, 28 de febrero de 2011

Mini candy Bar "El Charlestón de Cristina"

Esta Mini Candy Bar tan especial, nos la encargó Carolina para su hermana Cristina, por su cumpleaños.

Carolina me comentó que le habían gustado mucho las Mini Candy Bar con mariposas, pero ya tenía ganas de usar este papel años veinte y al decírselo, le pareció muy buena idea. Así surgió...

Mini Candy Bar "El charlestón de Cristina"

  














Con el sol del jueves.

domingo, 27 de febrero de 2011

Terrones Nocturnos

Oh Miss Owl! A veces te leo y pienso...yo también! aún recuerdo la felicidad del día que me pusieron gafas...y ahora...soñando con operarme la miopía. O cuando Begoña, en tercero de E.G.B, se rompió una pierna y todas nos queríamos sentar en su mesa porque era "guay". Pero como siempre, me ganas! (será la perfecta interpretación del suple?)


De una caída, una escayola y una mentira

LLevo un tiempo con un dolor tremendo en un hombro. Me dicen los especialistas que tengo una tendinitis, que requiere, que durante un montón de tiempo ataque a mi inocente estómago con antiinflamatorios, y que si con eso no acaba el dolor, deberían hacerme unas infiltraciones.

Siempre he creído que esos dolores eran cosas de mayores, de viejitos que ya han vivido mucho. Pues mira por donde, no. Ni soy viejita, ni  he vivido mucho, ni nada que se le parezca.

El hecho es que eso que me proponen no me gusta nada de nada. Os cuento el porqué.

Desde bien pequeña me ha encantado ir a los médicos y que me dieran "malas noticias". Abro paréntesis para aclarar lo que se puede interpretar por "malas noticias" cuando cuentas con menos de una docena de años; por ejemplo, ir al oculista y que te de la fatídica noticia de que no necesitas gafas;

o ir al dentista -que en mi época no íbamos al ortodoncista- y que te suelte así, de golpe, que tus dientes no necesitan aparato; o que no necesites escayola para ese dolor de tobillo. Cierro paréntesis.

Pues lo intenté por todos los medios: que si no veo el encerado, que si me duele mucho la cabeza, que si la muela que me está saliendo me parece que me mueve los colmillos... Nada. Imposible. Ningún oculista me prescribió unas gafas, ni ningún dentista me hizo algo más que un triste empaste.


 

Y  luché con todas mis fuerzas para conseguir una escayola que me recorriera la pierna, que todos en el colegio quiesieran pintar y firmar, que limitara mis movimientos de tal forma que necestitara unas muletas molonas para llegar a cualquier lugar... Nada eso lo logré, pero estuve cerca.

Debió ser un día de esos que te levantas con unas ganas tremendas de romperte -metafóricamente- algo. Pues sí, ese día al salir del colegio llegué a casa, con un brazo pegado al cuerpo, y con cara compungida, como de sufrimiento pleno, y le conté a mi madre que se me había caído Charito encima. Todo el mundo conocía a Charito. Era una rolliza compañera que andaba todo el día correteando y saltando por ahí, de tal forma que era muy creíble que hubiera tropezado y hubiera ido a parar sobre mi hombro, dejándomelo maltrecho y dolorido.
Así que con la insistencia  de la perseverancia, logré que me llevaran a urgencias. Allí, cada vez que me tocaban lanzaba un prudente y creíble grito, de forma que les complicaba mucho la exploración. Recuerdo que me hicieron unas cuantas radiografías en la que no veían nada, pero debido a mi "evidente" dolor, algo había. Y algo de buena actriz debí demostrar que llegue a mi casa, triunfante, con un brazo pegado al cuerpo con una férula metálica y una venda elástica que me lo sujetaba fuertemente e impedía cualquier movimiento. De hecho, y hablando de actrices, recuerdo haber llegado a casa y gritar : -¡ Peeeter!, para mostrarme orgullosa frente a mi hermano.

Así que quella noche maldormí con aquel artilujio envolvente, pero llegué al colegio al día siguiente felíz, pletórica, llena de razón y  provocando evidia en mis compañeros y cierta lástima entre los profesores.

Ni que decir tiene que las ganas de tener aquello me duraron lo que dura la novedad. Al tercer día moría de picores, y hasta me dolía el brazo de tenerlo en la misma posición. Pero como no podía confesar la fechoría, tenía que aguantar los 15 largos días que los médicos estimaron para la curación total.

Así que, tras aquel episodio, cuando me volvían a entrar ganas de sentirme un poco lesionada, iba yo directamente a la farmacia, me colocaba la venda con una maestría propia de un enfermero experimentado y me pasaba unos días, hasta que la "sanitaria del colegio" -oficialmente- consideraba que ya estaba curado.

Y esa es la razón por la que, aunque muera de dolor de hombro, no me fío ni un pelo ni de las radiografías, ni de los antinflamatorios ni de las inflitraciones...Que para infiltrada ya estoy yo!

Tengo que terminar diciendo que esta parte de mi vida, y muchas otras, ya han sido objeto de confesión a mis sufridos progenitores, que ya no se asombran por nada que les pueda contar.

Miss Owl




viernes, 25 de febrero de 2011

SugarHolic

SugarHolic

Buenos viernes a todos! Prometen sol, juran que suben las temperaturas, y eso, queridas y queridos míos, me llena de esperanza el fin de semana que se apoxima!
Donde hay calor, hay luz, y donde hay luz hay color, nuestro último SugarHolic de febrero va a ser de recuerdo y añoranza del lugar con más colorido y calor en el que he estado. 

Se me antoja lo más parecido a un paraíso, una explosión de colores en los que la naturaleza se muestra tal y como es, salvaje, increíblemente bella y llena de matices. En este fantástico lugar, que parece que haya sido retocado con un photoshop celestial se reunen las mas bonitas flores del planeta, las frutas y hortalizas más saborosas que jamás haya probado y la gente más tranquila y feliz que me encontrado nunca.


Mercado de Labradores, todos los viernes en Funchal, Madeira.


Miss Owl

jueves, 24 de febrero de 2011

Estanterías para las Lecturas

  Jueves si, jueves también, recomendamos lecturas para pasar un buen rato. Para olvidar -aunque sea por un rato- todo lo que pasa lejos... y si se puede y si se debe, también algunas de las cosas que pasan cerca.

Seguro que por lo menos habeis oído hablar de este libro, "Perdona si te llamo amor", de Federico Moccia, autor italiano que a partir de esta obra se ha convertido en un prolífico autor y un fenómeno editorial en los últimos años. Este libro, genial por sus diálogos elocuentes, consigue, sobre todo, mezclar magistralmente la emoción de la trama, con la emoción de unos sentimientos, esperanzas, aspiraciones, sueños y costumbres de la juventud actual.

Ya tiene unos tres años, y recuerdo como me llamó la antención la primera vez que lo vi: una encantadora portada y un sugerente título en italiano: "Scusa ma ti chiamo amore "... sobre todo si lo dices en voz alta, con la ese muy líquida y un cierto acento de gondolero canalla.







Os doy la pista:




Alex Belli es un publicista de gran éxito que acaba de ser abandonado por su pareja de toda la vida. Así que, a sus 40 años, está harto de que le hablen de lo bonito que es el amor. Un día, yendo a trabajar, se encuentra con una joven muy guapa llamada Niki . La chica es un torrente de optimismo y ambos se enamoran. Pero cuando la mujer de Alex decide darle una segunda oportunidad, él volverá a dejarse caer en los brazos de una vida sin sobresaltos. Mientras tanto, Niki le esperará en secreto con la esperanza de que cambie de opinión.



Miss Owl

miércoles, 23 de febrero de 2011

Maletín de Primeros Auxilios

Quiero hacer un post especial. Especial por la persona a la que está dedicado -ella lo sabe bien- y especial porque es de esas cosas que salen solas, sin pensarlo, y que de repente te encuentras, con los brazos extendidos entregando un trocito de tu alma.

Que nadie se preocupe, el alma, como otras muchas cosas, se regenera, y después de echar mano a las gominolas curativas, lo hace a un mejor ritmo. Así que ahí va, un "Botiquín de Primero Auxilios para endulzar el alma".

Y por cierto, sólo hay uno, ya tiene dueña, porque se hizo sólo para ella ;-)










Advertencia:

Este es un producto para el alma, las risas, el llanto,  la falta de sueños, la esperanza, los suspiros...












martes, 22 de febrero de 2011

Mini Candy Bar "Cristina en el bosque"

A Cristina le gusta la montaña, los bichos, su perro Coco y a su amiga Bethania le gustan nuestras Mini Candy Bar...qué sale de la suma de todo eso? Mini Candy Bar "Cristina en el Bosque"
Bethania pensó que sería un regalo  que sorprendería mucho a su amiga por su 34 cumpleaños. Esperamos que así haya sido!

Gracias Bethania y que sigas bailando tan bien!!!










domingo, 20 de febrero de 2011

TERRONES NOCTURNOS

Siempre te comprendo...pero en esta ocasión, más que ninguna otra. Yo aún recuerdo lo bonitos que me parecían aquellos dibujos de los conjuntos, los círculos con cositas dentro...pero eso si, entender, no entendía nada!

... YO SOY DE LETRAS... Y  DE LAS VOCALES...

Estos días, ayudando a transcribir al Sr. Owl un asunto de despacho, me topé con un montón de operaciones, números, fórmulas y demás, que me han hecho retroceder de un plumazo, a mis años de colegio. Aquellos maravillosos años, sólo empañados por terroríficos momentos en los que me entregaban el informe de las notas, y siempre era lo mismo. !Malditas matemáticas!

Llegaba a casa, cabizbaja, arrastrando los pies, tanto como podía, para intentar transmitir toda la lástima que un padre pudiera soportar, pero nunca lo conseguí. Nunca entendió por qué suspendía siempre la matemáticas. Si era todo tan fácil! Esto se estudia con lápiz y papel... No. si eso sí que lo entiendo, lo que no entiendo es lo otro.

El peor, fue el año de la raíces cuadradas. En Junio, al ir a recoger las notas, ví claramente cual iba a ser mi futuro inmediato. Iba a hartarme de hacer  problemas de matemáticas.  Ahora entiendo el sentido de esas palabras, problemas al fin y al cabo.



Pues dicho y hecho. Mi padre, que debido a su profesión sabía mucho de números, y de diferentes disciplinas dentro de las matemáticas, tenía en su poder millones de libros para mí. ¿Qué diferencia hay entre "álgebra", "quebrados", "trigonometría", "derivadas", "integrales"...? Qué más da... todo es lo mismo: Problemas.

Bueno pues como iba diciendo, no pasó un solo día de ese verano que no hiciera por lo menos 10 raíces cuadradas. Tengo que reconocer que al final les cogí el truquillo, y puede ser que hoy por hoy, si me pongo, fuera capaz de hacer una... ¿O no? Bueno, no sé. El hecho es que en Septiembre era una experta en raíces cuadradas, y me fuí al examen directa, tranquila, sin nervios... ¿qué podía pasar?

Antes de entrar al examen me encontré a dos de mis amiguitas del cole. Carolina y Susana. Lo recuerdo como si fuera hoy. A la primera le habia quedado lengua, y la segunda sólo estaba haciendo compañía. Así que hice el examen, rápido rápido, para irme con ellas al patio. Lo hice.Lo entregué. Salí a jugar.




Al llegar a casa me preguntaron qué tal me había salido. Bien. En realidad a mi siempre me salían bien.
-¿Qué te preguntaron?  ¿Muchas raíces cuadradas? ¿Difíciles? ¿Te dió tiempo?
- Pues papi, ¿puedes creer que ni una sola? Preguntaban otras cosas...

En fín. Recogida de notas. Suspenso. Vuelta a casa arrastrando los pies y creo que hasta las manos me rozaban en el suelo. No lo entendía. Ni yo, ni él. Pues mañana mismo vamos tú y yo al colegio y que nos enseñen el examen, para ver por qué te han suspendido.

Allá fuimos. Nos reciben. Nos lo enseñan. Mi padre baja la cabeza. Da las gracias. De vuelta a  casa le veo que es él ahora quien arrastra los pies.

- Pero Lisa ¿Cómo no te ha dado cuenta que de las diez preguntas, ocho eran raíces cuadradas?
- Ups!

Como diría un buen amigo, "en todas las guerras tiene que haber muertos", y eso fue lo que me pasó. Sacrifiqué mi concentración. Sólo quería salir a jugar. Llevaba mucho tiempo encerrada, haciendo raíces cuadradas.

Miss Owl

viernes, 18 de febrero de 2011

SugarHolic

Hoy viernes propongo un RetroSugarHolic!


Tremenda curiosidad me invadía y hace poco tiempo intenté saciarla metiéndome en una piscina de bolas, de esas en que los niños suben, bajan, se tiran, se caen, se dan golpes, son felices, gritan y salen sudando con coloretes dignos de un episodio de Heidi, corriendo desenfrenados como toros fuera de sus toriles...

Pues si, cuando comprobé que no había padres en la sala, que no había cuidadores merodeando y que los niños que podría encontrarme en el camino, eran lo suficientemente listos para no alertar a nadie (denótese intento de poner cara de mala malísima intimidatoria), me zambullí en medio de todas aquellas bolas de colores y olores (porque realmente huele a tigre), trepé por las redes, sorteé obstáculos y me tiré por el tobogán, hasta que  mis posaderas quedaron atrapadas en medio de la cuesta... Comprobé en mis propias carnes (y nunca mejor dicho) que no se puede disfrutar como un niño, si no eres uno de ellos.

Así que esta semana en nuestro SugarHolic, queremos invocar al encargado de los sueños nocturnos, que nos retroceda en el tiempo -aunque sólo sea por una noche- para poder hacer cosas como las del niño de la foto sin peligro a romperse una cadera, perder una lentilla o quizás cosas peores.




Mis Owl

jueves, 17 de febrero de 2011

Estanterías para las Lecturas

Viento, lluvia, frio y pronto anochece todavía... pero es Jueves, y en TERRÓN de azúcar, tenemos la solución para pasar lo mejor que podamos esta racha intempestiva. Hoy tengo el gusto de recomedaros un libro que hace mucho ya que leí, lo menos 7 años. Ya sabéis que tipo de lectura es la que me gusta, pero esta, de verdad, me encandiló.

Se trata de una obra del archiconocido escritor de best sellers, John Le Carré. El jardinero fiel. Una preciosa novela de amor e intriga (pero sobre todo amor) en la que un hombre, profundamente enamorado, necesita saber que pasó con su esposa.



Os doy la pista:

Cerca del lago Turkana, en el norte de Kenia, Tessa Quayle, una mujer joven y bella es asesinada. Su supuesto amante africano y compañero de viaje, un médico al servicio de una ONG, ha desaparecido del escenario del crimen.
El marido de Tessa, Justin, aficionado a la jardinería y diplomático destinado en la embajada británica de Nairobi, emprende su particular odisea para descubrir a los asesinos y sus motivos. Sus indagaciones lo llevan al Foreing Office de Londres, a  varios países de Europa, a Canadá, de nuevo a África, a lo más profundo del sur de Sudán, y por último, al lugar en el que Tessa murió. En el camino encontrará terror, violencia, situaciones cómicas, conspiraciones e información. Pero su mayor descubrimiento será la mujer a la que apenas tuvo tiempo de amar.

Si a estas notas, añado que recientemente ha sido llevada al cine, y que fue protagonizada por Rachel Weisz en el papel de Tessa, y por (uf!) Ralph Fiennes en el papel del marido desgarrador... seguro que os apetece mucho más.

Ojalá os guste.

Miss Owl

miércoles, 16 de febrero de 2011

Nuestro primer producto "Terrón de azúcar", Pajitas retro

Nuestro primer producto "Terrón de azúcar" sale ya a la venta!

Nos habéis mandado muchos mails sugiriéndonos diseñar algunos productos que se pudieran comprar, sin estar tan personalizados, para que los pudieráis usar en cualquier ocasión. Y nos habéis convencido.

Hoy os traemos las famosísimas pajitas retro, en papel biodegradable y color rojo, en un paquete de 12 unidades de 20 cm de alto cada una. En una bolsita aparte añadimos unos corazones con la pegatina correspondiente, por si os apetece darle un toque diferente.

Con portes incluídos el pack cuesta 3 euros y tenemos 5 unidades disponibles.

Os hemos hecho caso, así que ahora...decídnos que os parece!
Nos encantan vuestras sugerencias.






martes, 15 de febrero de 2011

Candiles a miles

Hoy candiles a miles, porque estoy segura de que a todos nos encantan las velas. Siempre he creído que el fuego es hipnótico, por eso me gustan tanto las chimeneas. Soy capaz de estar horas tranquila, viendo como arden los troncos, oyendo las chispas y sintiendo el calor que desprenden.

Una variante, al alcance de todos, son las velas. Tenemos una imagen romántica de ellas. La mayoría de la gente las usa sólo en ocasiones especiales, para adornar el centro de una mesa o para darse un baño relajante. Al escribir este post, me ha entrado una duda. No sé si me gustan más las velas o los candiles. Buscando las fotos que apoyan el texto he llegado a la conclusión que son los candiles o portavelas lo que más me llama la atención, y sobre todo la forma de utilizarlos.



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Tengo en mente hacer una fiesta de inaguración, y creo que tengo clarísimo que las llamas de las velas van a ser las protagonistas del evento. La idea además, es hacerla al anochecer, cuando el sol se esté poniendo, por lo que habrá poca luz.
Me imagino la siguiente escena. Un caminito de pequeñas velas que guíen a los invitados al lugar de la reunión. He de confesar que esto lo ví por primera vez en una fiesta que Rebeca Terrón organizó en su casa, en el año 2007, en la que puso, por toda la finca estas bolsitas de papel craft, con un poco de arena de playa y una vela dentro. El efecto no puede ser más bonito.


7. Caminito de velas.

Otra idea que me ronda es llenar los árboles de pequeñas velas, como si fueran luciérnagas domesticadas, que supieran que mientras dure la fiesta no se iban a poder mover de su sitio.



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Otra idea que me ronda es llenar los árboles de pequeñas velas, como si fueran luciérnagas domesticadas, que supieran que mientras dure la fiesta no se iban a poder mover de su sitio.
Esta idea puede hacerse bien con portavelas comprados, o incluso podemos hacerlos nosotros mismos, con pequeños vasitos de cristal transparente, a los que les podamos acoplar ganchitos para colgar. dentro le ponemos una pequeña vela, y ya lo tenemos!

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Dedicaré un rincón en esquina, a modo de altar (pero sin imagen), con miles de velitas pequeñas que iluminen el lugar. Lo bonito que queda y lo simple que es. Personalmente los vasos de chupito nunca me han gustado... así que los convertiré en portavelas. ¿Os gusta? A mi me requetechifla la idea!


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No es mi caso, pero para los que tengáis piscina, también quedaría preciosa iluminarla con velas flotantes. Las hay de muy diversos tipos y tamaños. Mirad el efecto.


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También hay velas diferentes, para una ocasión "especial".


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Los candiles y faroles.
Una preciosa forma de iluminar un jardín es salpicar en diferentes lugares, candiles grandes, con velas de un buen tamaño, capaces de alumbrar y casi casi dar calor. Porque eso es lo que tiene en fuego, nos da sensación de calidez.


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Encontramos tantas  cosas bonitas que nos ha costado mucho hacer una selección...pero ya avisamos....Candiles a miles!!!


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