Después de recordar ayer, cuando me pasé aquella temporada en casa de mis abuelos, descansando, tomando el sol, disfrutando de la naturaleza y de la familia, me he acordado de una genial foto que le hice a mi compañero de andanzas durante aquellos días.
Y digo compañero por no decir siamés. Siempre conmigo, a mi sombra y a mi cobijo, esperando un gesto cariñoso que le diera cobertura para llenarme de lambetones besucones... Ahora que lo pienso bien, no me dejaba en paz. Quería tanto mi compañía que como podéis ver en el documento gráfico, boicoteaba mi tranquilidad. Se comía mi comida, le gustaba mi bebida, se apoderaba de mi lectura y, por supuesto, de mi hamaca con mi toalla. Pese a ser una lucha contínua por mantener mi independencia, lo echo de menos. Ya no está. Rufo, va por ti!
Miss Owl
Pobriño!!
ResponderEliminarSi Dina, pobriño! Era un perrazo. Como diría mi madre,! UN HIJO DEL CUERPO! que traducido, es que era hijo de perros Guardia Civiles...
ResponderEliminarains.. como duele cuando se van e.... animo!
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