Así que he decidido bajar el ritmo. He decidido, auque sea por un rato, pensar en las cosas importantes que tiene la vida diaria. Y esto me ha llevado a recordar un libro que lei hace ya años, pero que os recomiendo encarecidamente. No tiene nada que ver con las lecturas que hasta ahora os venía recomendando. Será que tengo un ataque (en sentido figurado) de "glucosa", - y con esto no le estoy echando la culpa ni a este santo blog, ni a la dueña y señora del mismo-; lo que quiero decir es que este jueves, me pongo un poco seria y os hablaré de "Hijas de la Arena", de Ana Tortajada.
Seguro que os suena mucho. Es la autora " El grito sileciado", que hace años estuvo en los puestos más altos de ventas.
Os doy la pista:
"Desde siempre he amado el desierto" dice Ana en la primeras páginas del libro. De niña, esta pasión tenía el toque romántico de la aventura. Ahora, después de haber vivido de cerca la tragedia de Afganistán, su experiencia en el desierto del Sahara se ha convertido en un documento insólito, que cuenta de cerca la vida del pueblo saharaui y nos habla de su peculiar manera de enfrentarse a la precariedad, denunciando la actitud distraída de muchos países hacia un conflicto que lleva años a la espera de una solución.
Con una pequeña mochila y una libreta a cuestas, Ana viajo a principios de 2002 a los campamentos de Tinduf, y durante un tiempo se instaló en las haimas de tela zurcida que componen el paisaje del desierto, apra compartir el dia a dia de las mujeres saharauis, para escuchar sus charlas, oir los cuentos que hablan de un tiempo pasado que fue glorioso y conocer a fondo la realidad de un pueblo dispuesto a todo por defender lo suyo y recuperar la tierra que lo tuvo como dueño y señor.
Iluminados por el sol inclemente y cosidos a la arena, han nacido talleres, escuelas y pequeños comercios que Ana visitó, disfrutando de la vitalidad de unos hombre y unas mujeres que han tomado el futuro en sus manos sin olvidar el peso de la tradición.
De todas estas cosas habla este libro. Un libro tan hermoso como esas plantas y esas gentes que nacen en el desierto y siguen creciendo con voluntad asombrosa, aunque algunos se empeñen en olvidar que existen.
¿Os engancha? Ojalá que si.
Miss Owl
Tiene buena pinta, pero no tengo yo el cuerpo para libros tristes....
ResponderEliminarTe entiendo Dina. No es triste. Parece más de lo que es. Es el reflejo de una realidad. Pero te endiendo perfectamente. Es de los pocos que sin ser del tipo que me gusta, me enganchó.La semana que viene seguiré por anteriores caminos.
ResponderEliminar;)Miss Owl