Mini Candy Bar

lunes, 10 de enero de 2011

TERRONES NOCTURNOS

Para mí lo mejor de todo es imaginarme a  la prima Mon, a la que conozco personalmente, con esos pensamientos tan perversos teniendo esa carita tan linda. Y sí, mi querida Miss Owl, de tu sueño más añorado prefiero no hacer comentarios...;-)


TU PIDE POR ESA BOQUITA…

¿Os acordáis de la historia de la prima con mesura, aquella que relataba tranquilamente que estaba teniendo un accidente de coche a su interlocutora telefónica? Pues Cath, tiene una hermana, y esta semana os voy a contar algo sobre ella.

Hace casi un millón de años, me fuí a pasar unos días con ellas a Santiago, a su casa. Allí pasábamos las horas de café en café, de compritas en compritas, y chachareando todo el día.Una noche, lo recuerdo perfectamente, Cath nos preguntó cual sería nuestro sueño más añorado. Abro paréntesis para aclarar que lo que voy a contar puede arruinar mi reputación, pero en mi defensa alegaré que sucedió en plena edad del pavo. Cierro paréntesis.

Creo que fuí la primera en responder. Lo tenía clarísimo. Dije que me encantaría conocer a Enrique Iglesias. En ese momento me parecía el más guapo del mundo, me sabía todas sus canciones, tenía todos sus discos… y no coleccionaba las fotos de las revistas porque los dineros que tenía prefería destinarlos a la compra clandestina de pitillos sueltos.

Mi prima Mon respondió, para asombro de todos los presentes, que su sueño siempre había sido tener una familia de gente muy pequeñita, metida en una caja a modo de apartamento, y poder hacerles pequeñas perrerías, manejarlos a su antojo, y en fin… ser la dueña y señora de la vida de aquellos pobres e incautos seres diminutos.


Tengo que decir que tras esta macabra confesión, no pude retener en mi memoria otra cosa que no fueran los gestos de Mon explicándonos su deseo más codiciado. Así que no puedo recordar el sueño de quien nos hizo la pregunta. Cath, lo siento pero no me acuerdo que es lo que te gustaba tanto.

Así pasó la media noche y nos fuímos a la cama. A la mañana siguiente, apareció mi tío, con la mejor sorpresa del mundo, tenía cuatro entradas para el concierto que, casualmente, esa noche daba en la ciudad Enrique Iglesias. No me lo podía creer. Era fantástico. Qué nervios y qué emoción. Allá nos fuimos, mi tía, mis primas y yo. Estábamos sentadas en las gradas del Multiusos (que es como si fuera una cancha de basket grande) y de repente, veo en la grada de enfrente a un viejo conocido de mi familia, sentado al lado de un viejo conocido por todos, el doctor Iglesias Puga, vamos el abuelo del artista. Resulta que el aparejador que les había reconstruído la casa a mis abuelos,  se había convertido en amigo de la familia de hace millones de años, y parece ser que tenía también varios negocios con el tal papuchi, y eran además de socios, amigos.

El milagro estaba en que en aquellos tiempos yo era miope perdida, y me costaba ver lo que tenía a 15 metros, y aún no entiendo como pude identificar a aquellas dos personas a mas de 100 metros sin saber que iban a estar allí. Eso fue el destino, estoy segura. Total, que ante semejante excitación, mi tía llama a su amigo y le comenta que nos encontrábamos allí. Quedamos para el final del concierto. Y cuando llegamos, el abuelo del artista, el ¡ Bendito abuelo del artista! Nos pregunta si queremos conocer al chiquillo. Creo que lloré. O grité, o incluso es probable que abrazara al abuelo, al aparejador y al guardaespaldas… Nos metió en el camerino, nos dio un beso en cada mejilla y estuvo un rato hablando con nosotras. Creo. Yo sólo le veía mover los labios. No oía nada… yo solo disfrutaba de la vista… Fue increíble!

Nota de Rebeca: las que salen en esta foto no son Miss Owl y sus primas 

Cuando acabó todo aquello, nos subimos al coche, y repetimos de palabra varias veces la jugada, entre risas, suspiros y emoción. Recuerdo a mi tía decir que era educadísimo y muy salao (expresión típica en ella); a Cath riéndose de mi, porque parece ser que cuando estaba delante de Enriquito, yo sólo saltaba repetidamente con cara de idiota, sin parar, como si fuera una bola saltarina… yo solo suspiraba una y otra vez… y Mon, tan serena como es ella suelta:

- Qué bien, para mí lo mejor es saber que se cumplirá mi sueño, y que algún día tendré una familia de pequeños seres a los que podré hacerles putaditas…

Esa es Mon, en estado puro!

Miss Owl

2 comentarios:

  1. Qué buena historia!!y que suerte tienes al haber conocido a tu amor platónico adolescente...lo pienso y es como si yo hubiese conocido a Alejandro Sanz.....no mejor no, no creo que lo hubiese superado, podía haber estado gritando de emoción 3 años, jeje

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  2. Cuanta razón tienes Dina. La verdad es que tuve una suerte increible. Es cierto que cuando toda tu vidas gira en torno a un ídolo y lo conoces, pues es una sensación extraña... Pobrecita de mi... no cuantos años despues, sigo poniendome colorada!

    Miss Owl

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